Attac es una organización internacional involucrada en el movimiento altermundialista. Nosotros combatimos la mundialización liberal y trabajamos por alternativas sociales, ecológicas y democráticas con el objetivo de garantizar los derechos fundamentales de todos. Luchamos muy especialmente por la regulación de los mercados financieros, el cierre de los paraísos fiscales, la introducción de un impuesto global para financiar los bienes públicos mundiales, la anulación de la deuda exterior de los países en desarrollo, un comercio justo y la aplicación efectiva de límites al libre cambio y los movimientos de capitales.
Historia de Attac
La asociación por la tasación de las transacciones financieras y de ayuda a los ciudadanos fue fundada en Francia en 1998, después de la redacción de un editorial del « Monde diplomatique » titulado « Desarmar los mercados » que lanzaba la idea de la creación de una asociación que promoviera el impuesto Tobin.
Una organización internacional
La organización se extendió con mucha rapidez por el mundo y en 1999 se estableció una red reunida en torno a un manifiesto internacional. Actualmente, Attac está presente en 40 países y tiene más de mil grupos locales. Cientos de organizaciones apoyan la red.
Una organización fundadora del altermundialismo
Attac estuvo presente en las manifestaciones de Seattle de 1999, que provocaron el fracaso de las negociaciones de la OMC. Fue una de las organizaciones que estuvo a la cabeza en la creación del foro social mundial de Porto Alegre en 2001. Desde hace 10 años, Attac participa activamente en las contra-cumbres y manifestaciones frente al G8, al G20, la OMC, contra la guerra de Irak… Nos hemos movilizado también con el movimiento altermundialista en Copenhague defendiendo una verdadera justicia climática…
Una organización por la creación de otro mundo
El movimiento altermundialista es un movimiento de emancipación que se opone a la mundialización neoliberal. Los altermundialistas piensan que el acceso de todos a las necesidades fundamentales y la emancipación de la humanidad, no puede nacer de la competencia económica global ni del libre mercado, sino de la solidaridad y de los financiamientos globales que garanticen estos derechos. Los altermundialistan piensan también que la preservación del planeta no vendrá del progreso tecnológico ni del mercantilismo de los recursos naturales, sino de una redefinición radical del desarrollo en ruptura con el productivismo y el consumismo.
Esto implica definir los bienes comunes de la humanidad (salud, educación, agua, clima, biodiversidad…) provistos de un estatuto internacional que los proteja y donde la preservación se base justamente en financiamientos propios por la vía de la implementación de los impuestos globales.